miércoles, 30 de abril de 2008

DE VIAJE


Nunca soñé con visitar París. En mi mente siempre estarán Atenas o Moscú como destinos prioritarios (Puesto que en Italia he estado un par de veces)...

Tampoco es que sea una viajera compulsiva, ni que me guste viajar más que nada en el mundo...

Este viaje tiene que ver con un regalo de boda que nos hicieron unas amigas...

Sin embargo estoy ilusionada. No por el hecho de ir a París. No por el hecho de viajar. Me hace ilusión degustar el regalo que, con muchísimo cariño nos hicieron. Más que nada porque ya ha pasado año y medio, y más de uno pensará ¿Y cómo dura tanto un cheque viaje sin ser consumido?... Supongo que hay un poco de todo: poco tiempo libre, mucha familia por visitar, muchas deudas que pagar... hasta que al final un día piensas que ya ha llegado el momento. Y el momento es ahora: El puente de Mayo.

Así que allí estaremos. Visitando otro país, otra ciudad. Una ciudad que por televisión y en el cine hemos visto cientos de veces... incomparable (espero) ver los monumentos y museos en vivo y en directo, pasear por las callejuelas y disfrutar de cada segundo maravilloso que pasemos allí :)

No publicaré un resumen del viaje en este blog sino en el otro, así que si a alguien le interesa saber cómo fue todo, allí le remito.

Os deseo a todos un buen puente (si lo tenéis) o al menos un día de fiesta tranquilo (si necesitáis descansar) o revolucionario (si os pasáis por alguna manifestación típica del día de trabajo)... en todo caso disfrutad de vuestro tiempo y hasta pronto!

lunes, 28 de abril de 2008

LA EXTRAÑA REACCIÓN


El otro día fuimos a cenar con la familia de Cid (mis suegros y cuñaos). Ellos viven en un pueblo en el que también vive una compañera mía del master.
Así que al salir de cenar, no me extrañó encontrarme con aquella chica. La saludé desde lejos y me puso una cara rara en plan "ni me suena tu cara, maja"... y luego me saludó con una sonrisa forzada como pensando "vamos a ver si quedamos bien"...

A mí esa reacción me pareció realmente extraña. La chica es muy simpática y espontánea, y no le pegaba mucho estar tan distante porque, de entrada, ni se acercó a saludarme.

Estuve dándole vueltas al tema un rato. Pensé que quizás me había equivocado de persona, pero es que era ella... no sé. Luego imaginé que no me habría reconocido, aunque estando tan cerca, no era muy lógico.

Lo que sí que noté es que llevaba un peinado algo diferente, y que no llevaba la misma ropa que la que había tenido en clase aquella tarde, pero no le di mayor importancia.

El sábado, cuando llegué al master, la chica se acercó sonriente y me dijo "Ayer te vio mi hermana". Yo me quedé a cuadros, la verdad, y le dije "Ya decía Yo que algo raro pasaba". Entonces me explicó que tenía una gemela, y que constantemente las confundían en diferentes situaciones... Que ella iba dentro de un coche que llegaba en ese momento y que su hermana se acercó y le dijo "¿Conoces a esa chica? Pues a ver si vas y la saludas o le dices algo porque acabo de dejarte fatal".

Este tipo de cosas las había visto en el cine, pero desde luego nunca me habían pasado...

jueves, 24 de abril de 2008

A MANO

Las mejores cartas que he escrito y recibido en mi vida han sido a mano. Hace ya muchos años...

Ahora enseguida echamos mano del e-mail o los sms. Nos ahorramos el sobre, el sello y el super-esfuerzo de encontrar un buzón cerca y enviar la carta. Eso unido a que a veces las cartas se pierden por el camino, y además, tardan al menos un par de días en llegar, ha matado la carta tradicional.

Recuerdo mis veranos abriendo el buzón del chalet cada mañana, "oteando el horizonte" en busca del cartero en vespa que pasaba un par de veces en semana y me traía las cartas que mis amigos y amigas me enviaban desde sus lugares de veraneo... Era mágico, abrir un sobre con letras manuscritas, dibujitos y chorraditas que te devolvían por un momento la compañía de tus amigos cotidianos.

Con mis amigas de Madrid, con las que compartía los veranos en plan "Gran Hermano" (Todo el día Juntas, solo nos faltaba dormir en la misma casa, y a veces acampábamos en algún jardín), nos carteábamos durante el año. Incluso desarrollamos un "abecedario secreto" totalmente jeroglífico, con dibujitos. Seguro que mi hermano Ertai también se acuerda, porque al principio él también escribía. Era estupendo tener algo tan secreto, tan nuestro...

Todo eso se ha perdido. Tengo aún carpetas llenas de cartas infantil-adolescentes de amigas y amigos que me contaban, desde lo bien que lo pasaban en la playa hasta lo que le había dicho alguien del colegio con quien casualmente se había cruzado por su pueblo...

Hoy me ha venido esto a la cabeza porque, mientras caminaba hacia el trabajo he visto un papel manuscrito hecho añicos... no he podido parar a leer... si fuera un poco más aventurera, quizás me habría guardado los trocitos y los hubiera recompuesto... ¿Quién sabe lo que ponía ahí?

lunes, 21 de abril de 2008

PALOMAS


Hay una paloma que se posa cada día en el alféizar de la ventana de mi trabajo matinal.

Es una paloma corriente, gris, con una mancha más oscura en forma de collar alrededor de su cuello. Me encanta ver el descaro con que se planta ahí y me mira. Prácticamente ni se inmuta. Suele aparecer cuando estoy yo sola, y salir volando en cuanto mi jefe entra por la puerta, al menos una vez al día.

A mí las palomas me gustan, a pesar de que su exceso cause suciedad y destrozos.

La paloma blanca (de las que cada vez se ven menos) se identifica con la paz, "La paloma de la paz" dicen, y la representan con una rama de olivo en el pico...

Sin embargo, en la ciudad, la gente las odia. Una compañera mía del master dice que son repugnantes, incluso he oído decir a más de uno que son como "ratas con alas"... en fin.

Digo yo que las palomas son como todo en esta vida. Es bonito verlas de vez en cuando, pero si te "dinamitan" la ventana con sus excrementos, si te "inundan" los oídos con sus cantos matinales y te impiden dormir... resultan agobiantes...

En fin, estaba yo aquí hablando de ella y la paloma ha vuelto a posarse en la ventana... digamos que le tengo cariño porque es mi única compañera de trabajo :)

martes, 15 de abril de 2008

¿SERÁ VERDAD...


que me estoy haciendo mayor?

Ya no solo porque ahora me dicen "señora" más a menudo que antes...
Porque un día me salió una cana y ahora me ha salido otra más...
Porque pasé de los 18 hace más de 10 años...
Porque este año cumpliré los 30...

El viernes tengo el examen del master y no estoy nerviosa. He estudiado y sigo haciéndolo en mis trayectos de metro (a costa de mis preciadas sesiones de lectura), pero he concluido hace una temporadita que no me va la vida en ello...

Que fuerte me parece... Sigo siendo yo...

...Que casi no podía comer antes de un examen por los nervios
...Que no pude dormir la noche antes del selectivo
...Que me levantaba a las 5 de la madrugada para estudiar a pesar de que me sabía ya las cosas
...Que me mordía las uñas compulsivamente cuando tenía que enfrentarme a un examen
...Que lloraba como una loca "por si me suspendían"

Ahora empiezo a entender por qué me decían que cuando pasan los años muchas cosas pierden importancia...

NOTA (21-04-08): El examen me salió muy bien! :)

jueves, 10 de abril de 2008

CARAMELOS

En la mesa del despacho tengo un atractivo bote lleno de caramelos.

Está ahí para que la gente coma caramelos, pero me lo suelo pasar genial cuando viene algún niño o chavalín de hasta 15 o 16 años. Habitualmente se lanzan "en picado" a por un caramelo sin mediar palabra, y cuando ya lo tienen en la mano y están casi saboreándolo mentalmente les digo "¿Quién te ha dado permiso para cogerme un caramelo?". Se quedan secos y lo vuelven a dejar o, como mínimo dejan de abrirlos...

Entonces, una vez lo han vuelto a dejar en el bote, les explico que los caramelos son míos, y que si quieren uno, simplemente me lo tienen que pedir por favor.

Lo he hecho cientos de veces. Me han pedido los caramelos en castellano, en inglés o en valenciano, y lógicamente siempre les digo que sí una vez me lo han pedido correctamente...

Ayer vino un chavalín de doce años y le hice pedirme el caramelo por favor. Y se lo comió tan feliz. Incluso me pidio un segundo caramelo cuando ya casi se marchaba y también se lo di.

Cuando vino su padre a recogerle, entró en el despacho, me saludó y cogió un caramelo sin decir ni media. El chaval, que estaba sentado aún delante de mí, me puso una sonrisita maliciosa en plan "¿ves? a mi padre no le dices nada"...

Así que me empecé a reír y le dije al padre. "Tu hijo se está riendo de mí porque has cogido un caramelo". El padre no entendió nada, y entonces le dije: "Nada, que le había explicado a tu hijo hoy que los caramelos se piden por favor". El hombre se puso rojo y se empezó a reír :D

La verdad es que, a ratos, los chavales son muy agudos y te ríes con ellos.

Me parece que el padre de este niño no volverá a cogerme un caramelo nunca más XD

jueves, 3 de abril de 2008

ES SOLO TRABAJO...

Ayer hablando con un tío mío, éste me dijo que lo mejor que se puede hacer con la vida laboral, es encontrar un trabajo que no te ocupe demasiadas horas del día, en el que no te tengas que matar a trabajar y que sea rentable económicamente. Así puedes hacer con el resto de tu tiempo lo que quieras.

Ni que decir tiene que Yo no tengo ese trabajo, y mis aspiraciones son bien distintas. A mí me gusta lo que estudié y me gusta el trabajo que hago por las tardes (A pesar de que me sea poco rentable por lo pronto)...

Sin embargo hay días como el martes y hoy, en que hasta me cabreo (sutilmente) ante la desconsideración de la gente...

El martes tenía en la agenda que venía un cliente a las 18 horas. Llegué a las 16:30 al despacho con tiempo para preparar su caso y estuve revisando algunas notas. A las 18 el cliente vino y me dijo que no quería venir. Mi trabajo a la basura.

Hoy tenía dos clientes en agenda. Uno de ellos me ha dejado un mensaje en el contestador a las tres de la tarde diciendo que no podía venir. El otro tenía que venir a las 19 y me da que va a retrasarse o no venir (porque ya los las 19:30)...

En días así me desespero... porque obviamente, si no vienen no cobro... así podréis entender por qué soporto mi adorable trabajo matinal...

martes, 1 de abril de 2008

CONVERSACIONES ANÓNIMAS

Desde pequeñitos nos enseñaron que no era bueno hablar con desconocidos, sin embargo, según vamos creciendo, nos damos cuenta de que la única forma de convertir a los desconocidos en conocidos es precisamente hablando con ellos....

Sirva esta introducción para destacar las bases culturales del silencio sepulcral que rodea muchas situaciones sociales que serían potencialmente más agradables si nos dedicáramos a hablar con la gente que hay a nuestro alrededor...

Recuerdo uno de los muchos viajes que hice a Madrid en Auto-Res sobre todos los demás. Yo viajaba sola, como solía ser frecuente en aquellos tiempos, a pasar las vacaciones con mis abuelos. Generalmente me pasaba todo el viaje sentada al lado de alguien desconocido que, muy correctamente, eso sí, me ignoraba (y yo a él) durante todo el trayecto e intentaba mirar por la ventanilla con tal de no mirar hacia donde estaba yo... El caso es que aquel viaje me tocó junto a una persona con ganas de hablar, y fue de los viajes más entretenidos que he hecho. Ni sé de qué hablamos. Era una chica más o menos de mi edad y ni me acuerdo de su cara, pero me pasé un viaje estupendo..

Igualmente, desde que vivo en mi casa nueva, he conocido gente en el metro hablando con desconocidos, gente con la que coincido en los trayectos. Un par de ellas son vecinas que me sonaban de vista en el andén y con las que me encontré algún día al salir hacia el metro. Aparte, veía cada día a un matrimonio de mi edad que cogía el metro a la misma hora que yo... un día que hubo un retraso brutal de metro, surgió un inicio de conversación y poco a poco nos conocimos, la verdad es que cuando nos encontramos me divierto un montón en el camino hacia el trabajo... claro, que a estas personas ya las considero conocidas...

Otra modalidad de conversación en el metro es la típica persona que se te sienta al lado o cerca y te pregunta algo y de ahí nace una charla agradable e interesante. Estas personas habitualmente son gente mayor, que tiene muchas ganas de hablar y cuenta cosas muy interesantes que a mí, personalmente, me encanta escuchar... Una conversación de esas te puede alegrar el día. Recuerdo con especial cariño una vez en que una mujer mayor a quien cedí el asiento me dijo que yo era "una gran mujer"... aquél no había sido mi mejor día, pero consiguió arrancarme una sonrisa...

A veces las conversaciones anónimas incluso nos orientan, nos indican cómo llegar al sitio al que vamos, o nos alertan de algún peligro a nuestro alrededor, o simplemente nos hacen sonreír o nos transmiten la experiencia de otros...

¿Por qué a los jóvenes nos cuesta tanto iniciar este tipo de conversaciones?