martes, 25 de noviembre de 2008

LAS HORAS DEL DÍA

El día tiene 24 horas, ni una más ni una menos. Esa es la convención que el ser humano adoptó para medir mejor el tiempo... supongo que más que nada porque medir los días por cuándo sale el sol y cuándo se pone, resultaría un tanto caótico...

El hecho es que de las 24 horas, si empleas 8 en dormir (como recomiendan) y 8 en trabajar, más la ida y vuelta del trabajo (pongamos 1 hora), te quedan 7 horas. Si de esas 7 horas, le quitas un par para comer y cenar y una más para levantarte, ducharte y arreglarte... siguen quedando cuatro.

Eso siempre es en teoría, porque en la práctica nadie duerme 8 horas y a nadie le sobran 4 horas para dedicarlas a cosas varias.

¿En qué se nos va el tiempo? Porque a la hora de la verdad, nadie tiene la sensación de "tocamiento hueval continuo", sino que más bien se nos van los minutos casi sin darnos cuenta...

A mí me pasa que cuando me concentro en una tarea, el tiempo pasa muy deprisa. Suelo calcular que tardo x horas en hacer algo que luego me lleva unas x+2 horas, con lo cual casi todas las tardes acabo saliendo más tarde del despacho... Eso unido a los interminables minutos acumulados de esperar al metro (no menos de 20/40 minutos diarios entre los cuatro viajes) hace que mis 4 horas queden seriamente afectadas...

Así que he empezado a reinterpretar mis mañanas libres. Sobre todo las estoy empleando en trabajar y leer libros de trabajo, pero reconozco que sin horarios y en casa se trabaja mejor, el ritmo es diferente... pero al final las horas que tienes son las mismas.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

EXPECTATIVAS


Las expectativas son de ese tipo de cosas que siempre preferí tener en negativo... Más que nada porque si no esperas nada y obtienes algo te llevas una alegría, pero si esperas algo y no obtienes nada, el resultado es exactamente el contrario...

Hoy en concreto me refiero a las novelas. Como de un tiempo a esta parte leo (devoro) libros como una desesperada, he de confesar que comienzo la lectura de algunos de ellos con poco o nulo interés... y mira tú por dónde me enganchan y los acabo disfrutando muchísimo. Sin embargo, otras novelas que deseaba encontrar un hueco para leer porque pensé que serían interesantísimas, me resultan hasta incómodas de "digerir", me cuesta acabarlas...

Está claro: Lo ideal es cuando esperas que una novela te guste, te llene y te cuente algo, y efectivamente es así... y eso últimamente me está pasando con la literatura de Juan José Millás. Mi madre llegó a decirme una vez que si me había gustado "El Mundo", era un claro indicador de que me falta un tornillo... y yo opino que la literatura que le gusta a uno depende de sí mismo, de sus idas y venidas, de su momento vital, de sus conflictos resueltos y sin resolver y de su forma de percibir el mundo...

Y aunque mi momento vital actual no tiene nada que ver con los personajes y las tramas de los libros que leo, hay frases, hay cosas que se me quedan grabadas...

"Ser escritor es una cuestión de temperamento; el escritor más puro es el que no escribe una sola línea en toda su vida: es preferible no darse la oportunidad de fracasar en aquello que más se juega uno"
"No se puede escribir y vivir al mismo tiempo, no se puede ser escritor y personaje de la novela a la vez"
(Extraído de "El desorden de tu nombre" de Juan José Millás)

Esas conclusiones las extraje ya hace algún tiempo, y verlas plasmadas en papel me ha parecido una especie de revelación...

Desde que el devenir de los días me lanzó al "mundo adulto", desde que el día a día me ha llevado a perseguir y alcanzar mis objetivos, no he escrito una sola línea literaria con algo de sentido y calidad. Supongo que, simplemente, no puedo escribir y vivir a la vez.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

FUERA DE SITIO


Hay ciertas cosas que uno no valora hasta que las pierde... y no me refiero precisamente al amor, sino a mi quitagrapas...

Alguien me dijo una vez que hay que tener un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio. Más razón que un santo tenía, y sin embargo el mensaje no hizo mella en mí.

Con lo agradable que es encontrar las cosas cuando las buscas en su sitio, ¿por qué narices siempre se me olvida cuando termino de utilizarlas?

Reconozco que el orden no es una de las virtudes con las que nací. Me cuesta horrores ser medianamente organizada, y lo que para otras personas es un acto natural "Termino de usar X y lo dejo en su sitio" para mí es un esfuerzo extremo, porque yo "Termino de usar X y lo dejo aquí mismo, ya lo recogeré luego"... y luego... va y se me olvida...

Pero para buscar las cosas sí que soy organizadísima: Sé dónde deberían estar y nunca las busco en un lugar diferente del sitio en el que tendrían que estar...

Ayer por la tarde necesitaba urgentemente el quitagrapas. A veces he pensado que el quitagrapas en sí era un invento estúpido, pero la verdad es que no hay forma más limpia de quitar una grapa y de que quede bien el "documento original". Al final me tocó quitar la grapa con unas tijeras, y la verdad es que perdí un montón de tiempo intentando no estropear los papeles grapados...

miércoles, 5 de noviembre de 2008

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE


Nada nuevo bajo el sol: La tierra sigue girando, el sol sigue saliendo por la mañana y marchándose por la noche...

Nada nuevo y a la vez nada malo, lo cual es de agradecer, para qué vamos a engañarnos...

La velocidad que tienen ahora las semanas es tal que, cuando quiero darme cuenta de en qué mes estoy, resulta que he entrado de lleno en el mes siguiente... a ver si ahora con mis dos mañanas libres, logro encontrarle un poco el pulso al tiempo, porque con eso de que me queda mes y pico para los 30, me ha dado por pensar en los 40, los 50, los 60... uff!! tanto discurrir no debe ser bueno :D