Suele suceder que al final los días libres son los que me generan más estrés...
Para empezar porque no sé estar sin hacer nada.. pero también porque cuando tienes un día o tarde libre, te salen planes por todas partes (más o menos como si sacaras un paquete de donetes).
La putada fundamental es cuando te has planteado hacer algo con tu tiempo. Yo hoy tengo que ir al centro a comprar regalos de última hora... y además he quedado con una amiga a la que hace tiempo que no veo. Tenía mis horas perfectamente calculadas: A las 10 en el centro y a las 12 quedo con mi amiga... Todo iba bien hasta que ayer me llamaron de Endesa para ver si podían pasar a hacer la revisión del gas. Les dije que sí, pero que vinieran antes de las 10... Van a dar las 10,30 y aún no han aparecido... y aquí estoy yo como una imbécil empezando a contar los minutos y a "estresarme" (por decir finamente me estoy cabreando)...
Lo de ayer por la tarde fue aún más divertido.... tiene tantos días el año, que al final en mi tarde "libre" se me juntaba una reunión en el colegio profesional a las 18 y unos clientes a las 19 en mi despacho... conclusión: no pude ir a la reunión porque tenía que preparar varias cosas antes de las 19... ni que decir tiene que la idea original era quedar con mi amiga ayer por la tarde, pero tuve que posponerlo a hoy por esos "temillas" profesionales...
De verdad que cuando uno tiene tantos frentes abiertos resulta difícil tener un día libre del todo, porque no consigues desconectar del trabajo física ni mentalmente... y cuando lo intentas hay temas domésticos que te impiden relajarte y disfrutar de tu tiempo, como por ejemplo el "simpático" revisor del gas que no aparece a su hora...
Cuando Tere vivía, solía decirme a menudo que "lo urgente quita tiempo a lo importante", y que por eso nunca conseguía contestar a mis cartas en el momento que las recibía. Cierto es que, por aquel entonces yo rondaba los 16 y ella estaba en los treinta y algunos... Cada vez la entiendo más.
