BILLETES

Hoy entré en el supermercado a comprar un solo producto. Su precio eran 1,99 € y yo sólo llevaba un billete de 50 € y la tarjeta de crédito... Prefería pagar en efectivo, porque me parecía una auténtica estupidez pagar el "ingente" importe con la tarjeta... sin embargo al final me ha tocado pagar con tarjeta porque no tenían cambio.

No me gustan nada los billetes de 50 €. Los de 100 € para arriba no suelo verlos, pero vamos que si los tuviera, irían a parar directamente al banco...

Me fastidia sobremanera que haya billetes de curso legal que no te admitan en casi ningún comercio (200 € / 500 €), más que nada porque les veo muy poca utilidad, al fin y al cabo, para grandes cantidades se inventaron los cheques. También me resulta molesto que si intentas pagar una cantidad baja con un billete de 50 €, te miren mal o te pregunten con cara de mosqueo "¿No tienes nada más pequeño?". Yo no tengo la culpa de que cuando pidas 50 euros al cajero automático te los dé en un solo billete... sin duda preferiría que me los diera en billetes de 20, 10 y 5 €, pero como nadie me pregunta...

MISIÓN IMPOSIBLE

Yo no sé si los demás os lo habréis planteado alguna vez, pero a mí es algo que lleva rondándome la cabeza desde hace muchos, muchos años...

Es absolutamente imposible ser original.

Hace ya bastante tiempo, empecé a escribir un relato. Por aquel entonces iba al instituto, y solía participar en concursos literarios en los que jamás conseguía destacar mínimamente.

Un día, nuestro profesor de literatura, un hombre bastante peculiar por cierto, nos comentó a otra compañera y a mí que si nos gustaba tanto escribir, podíamos dejarle nuestras "creaciones" para que nos hiciera críticas constructivas...

La crítica que realizó de mi historia no me pareció nada constructiva. Prácticamente había una anotación en rojo en cada línea, y al final me puso algo así como "No es usted nada original. La mitad de lo que pone en su relato ya lo había escrito un autor en el siglo XV"...

Ni que decir tiene que yo no había leído al famoso autor del siglo XV, y no le había plagiado... sin embargo resulta que, involuntariamente, había reproducido una idea de otra persona.

Tiempo después se me ocurrió un argumento muy original para una novela. Estuve algún tiempo trabajando sobre él, sobre cómo organizarlo. Lo original no era la historia en sí, sino su estructura. La había sacado íntegramente de mi cabeza... pero un día, sin venir a cuento alguien me recomendó leer un libro chulísimo, muy original... que tenía la misma estructura que yo había imaginado para el mío...

También me pasó con otro argumento (también imaginado antes de verlo) que vi en una película...

Ahí me di cuenta de que resulta muy difícil (a estas alturas de la vida, yo diría que imposible) ser completamente original...

Ni siquiera sé cómo se me ocurrió empezar un blog... al fin y al cabo, escriba lo que escriba, lo habréis leído antes en otra parte...

VIVIR CINEMATOGRÁFICAMENTE...

Cuando era adolescente, pasaba la vida como el que vive en una película dramática... todo me parecía mal y sufría cada segundo, independientemente de si tenía o no motivos para sufrir...

Por aquel entonces, creía que en la vida sólo había una trama principal, en la que algunos de nosotros éramos simples secundarios, o incluso figurantes, en este gran teatro del mundo...

No acababa de comprender que, de algún modo, cada uno de nosotros es protagonista de su propia historia, aunque no sea una superproducción con millones de presupuesto... y que, mal que bien, cada día, tenemos la opción de decidir, como si escribiéramos con esas decisiones el guión de nuestra existencia...

SED

A lo largo de esta vida he descubierto que, por mucho que se empeñen los publicistas, "La chispa de la vida" no es la Coca-cola...

La chispa de la vida es otra cosa... es saberte capaz, sentirte fuerte, apoyado, tener proyectos, ideas, ilusiones... todo eso y mucho más. Y es que "la chispa de cada vida" es diferente. Lo que a uno puede hacerle sentir la felicidad más absoluta, a otro le resulta totalmente indiferente...

Sin embargo, la publicidad tiene mucha fuerza, tanta como para hacerte desear algo que no es tan necesario como puedes llegar a pensar en un momento determinado...

Dicen que nada quita la sed mejor que el agua. De hecho, pienso que ningun ser humano puede estar más capacitado que la propia naturaleza, que creó el refresco perfecto aunque nosotros nos empeñemos en dejarlo de lado y escoger otras bebidas...

La publicidad se incrusta tanto en nuestros cerebros que, cuando tienes sed, en lugar de pensar en un vaso de agua fresquita, piensas en un bote de coca-cola zero fresquita -dijo Ana La Rana tras engullir el último trago de su lata...

ME VOY DE BODA

Mañana (más bien hoy, porque ya pasa de las 12) se casa una amiga que vino conmigo al cole. Yo sé que al resto del mundo las bodas le parecen un coñazo, pero a mí me encantan... será porque solo me invitan a las bodas a las que de verdad me apetece asistir...