jueves, 29 de septiembre de 2011

EL CUENTO DE LA RANA BLOGUERA

Érase una vez una rana que empezó un blog... y en él escribía muchas cosas... con el tiempo fue creando otro, y otro y otro... y así hasta 6 ó 7 blogs de temática diversa... 
Era muy feliz alimentándolos, pues según los veía crecer se sentía más y más orgullosa...
Llegaba gente de muchos lugares y dejaba interesantes comentarios, a la par que le invitaban a descubrir sus mundos interiores en forma de blog... el ciberespacio se le antojaba un paraíso anónimo e inexplorado en el que darse a conocer y conocer gente interesante con ideas a veces afines a las suyas y otras veces curiosas...
Y su ciber-yo crecía en paz y armonía con su Yo y se sentía tan bien en la red como en su vida diaria...

Todo empezó a cambiar cuando, poco a poco se secaron los ríos de pixels y la gente dejó de escribir... fue un proceso lento... primero se abandonaron blogs jóvenes, con no más de un año, y poquito a poco la ciber-gente se fue mudando a esos "entes" llamados redes sociales... allí el anonimato se esfumaba, y, con la foto por bandera, se mezclaban conocidos con ciber-conocidos y familiares con vecinos... Al mismo tiempo, los comentarios de los blogs se convirtieron en un nido de spam: ya casi nadie comentaba en los blogs (¿para qué hacerlo si con poner un "me gusta" en el estado de alguien ya tenían suficiente?) y la ranita perdió un poco la ilusión que la impulsara inicialmente a postear a menudo...

Un buen día entró en el famoso facebook, pero allí no se sentía cómoda.... curioseaba vidas ajenas sin el aliciente de la imaginación, pues todo lo que aparecida en la famosa red social era real como la vida misma y se documentaba con fotos y datos precisos... incluso se sintió molesta cuando etiquetaron fotos suyas... Le decían que era una exagerada, que no era para tanto ¿qué más daba publicar fotos? Al fin y al cabo solo las ven conocidos. Ella no estaba tan segura, y la práctica habitual de facebooks, tuentis, twitters y otras lindezas le parecían un mundo peligroso y poco atractiva ¡pobrecita! se convirtió en "la mujer desactualizada" y cada vez más se sentía como pez fuera del agua... y es que era una rana fuera de su charca...

Ella seguía negándose a cambiar sus blogs por las redes sociales. No le gustaban, le parecían feas, indiscretas e, incluso agobiantes...

El problema llegó cuando aparecio el renacuajito en su vida. Ahora tenía menos tiempo, pero en los primeros meses, un horario laboral bastante pequeño y las horas de sueño diurno de un bebé pequeñito, le ayudaron a aferrarse a sus blogs, incluso creó uno nuevo... Meses después, con una jornada laboral más normalizada y un niño cada vez más activo, su tiempo personal menguó hasta tal punto que todos sus blogs llevaban más de un mes sin actualizarse...

La rana pensó que era algo temporal y que, quizás con el tiempo encontrara el equilibrio entre su absorbente vida real y los ciberespacios que con tanto mimo construyó... y así decidió actualizar todos sus blogs cuando pudiera, intentando no dejar pasar tanto tiempo entre actualización y actualización...

... y colorín colorado este cuento se ha acabado...

MORALEJA: Sé que escribo poco. También soy consciente de que al mundo no le son indispensables mis actualizaciones... pero os invito a dejar comentarios o mandarme e-mails si queréis saber de mí... porque en facebook no voy a publicar nada y no suelo dejarme caer mucho por allí... Un abrazo :)