
Si pudiera hablar con ella, le diría que no le faltaba razón. Si yo tuviera ahora una sobrina de 14 años que me bombardeara a e-mails, no tendría tiempo de contestarle tan a menudo como me gustaría... y es que las cosas se hacen más complejas según pasa el tiempo...
Ahora me doy cuenta de que hay plazos, trabajo que no se puede dejar para mañana y obligaciones más importantes que los exámenes que, por aquel entonces, me parecían cuestión de vida o muerte...
1 comentario:
Yo sigo en la etapa de que los exámenes son cuestión de vida o muerte ;-)
Siempre escribes sobre temas que nos afectan a todos de alguna manera, aciertas!
besotes
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