A ratos tengo la desagradable sensación de estar poseída por el espíritu de la adultez responsable, por ese que me hace tener que decir y que hacer siempre lo que se supone que una tiene que decir o que hacer en según qué situaciones...
Según vas creciendo te van arrancando las alas a mordiscos y, cuando quieres echar a volar resulta que ya no te quedan plumas con las que hacerlo...
Eso es así. Y nos pasa un poco a todos. Vivimos encadenados y amamos profundamente nuestras cadenas porque, al fin y al cabo, las hemos elegido nosotros...
2 comentarios:
La responsabilidad no es una cadena, es tomar decisiones pensando en lo mejor para ti y para los que te rodean. Puede limitar en parte tu libertad pero no te impide conseguir la felicidad.
interesante reflexion ana... a veces esa responsabilidad puede pesarnos...
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