miércoles, 15 de agosto de 2007

EL BANQUETE

Se sentó a la mesa y observó sonriente todo lo que tenía delante.

Podía escoger entre casi mil platos apetecibles y de llamativos colores.


La habitación estaba bellamente decorada y la iluminación era perfecta, de modo que permitía apreciar con mayor nitidez cada detalle de los diferentes manjares.


Era tan atractivo a la vista, que parecía mentira que el paladar pudiese obtener una estimulación mayor que la que presentaban los distintos platos al mero espectador.


No sabía por dónde empezar. Muchos de los alimentos allí cocinados eran nuevos para ella. Al fondo de la mesa esperaban las que hasta el momento habían sido sus comidas preferidas, pero allí incluídas, parecían sin color, sin atractivo alguno...


Jamás había presenciado un espectáculo tan grandilocuente, se sintió extasiada, deseosa de probar cada una de las cosas que tenía delante. Pasó un momento observándolo, sintió deseos de llevarse una parte, pero las normas eran claras: sólo podía elegir tres platos, un primero, un segundo y un postre, y lo que no escogiese en esta ocasión, debía quedarse allí, y podría ocurrir que en otro momento no se le presentara como una opción.


La decisión era difícil, pues entre todas las alternativas uno no sabía si era mejor escoger una comida con un aspecto precioso y un sabor desconocido u otra con un aspecto más normal y un sabor familiar...


De repente lo tuvo claro. Tomó un cuenco con arroz blanco como primer plato. Al fin y al cabo siempre adoró el arroz, y ¿Qué color más bello que el blanco puro?. Continuó su festín con una preciosa ensalada de tomate y queso fresco cubierta con aceite y albahaca, pues, pensó, el rojo es el color del amor y la pasión, y la combinación de rojo, blanco, verde y el oro del aceite confería al plato un aspecto estupendo. El postre fue lo más difícil de decidir, pero finalmente optó por un melocotón enorme y jugoso de un color naranja aterciopelado. Se sentó en un rincón de la mesa y se dedicó a disfrutar de su alimento vital, y una vez hubo concluido su comida se sintió estupendamente.


Se marchó de la sala sin mirar hacia atrás. Tenía todo lo que necesitaba, todo lo que siempre había deseado.


"Has escogido bien" le dijo alguien al salir "Has demostrado sabiduría en tus elecciones, y te puedo asegurar que todo lo que dejaste aquí irá llegando poco a poco a tu vida"


Pienso que en la vida hay que saber elegir lo que uno realmente necesita, y lo demás... supongo que el tiempo lo traerá. Con los ingredientes más austeros se preparan los platos más suculentos.


Las oportunidades que se presentan a lo largo de la vida hay que saber verlas y aprovecharlas cuando aparecen, pero aprovecharlas de verdad, es decir, quedarse con lo más importante, no con lo que parece más bonito de ellas...

3 comentarios:

ToNee dijo...

yo prefiero currarmelo y conseguirlo por mi mismo, si tengo k esperar...weno, ya estoy esperando mas de 30 años k pasen cosas...asi k...a la mierda!! jajaja ademas, a la comida jamas hay k hacerla esperar! AL ATAKEEE!!! jajaja

ERTAI dijo...

Bueno muchacha! que filosofica ultimamente...

jejeje! pues si, la verdad es que hay ocasiones en la vida en las que uno tiene que elegir, sopesandolo todo.

En fin... que poquito te queda para las vacaciones.

besitos.

Ana la Rana dijo...

tonee: :D Puedes seleccionar lo que quieras del banquete, todo tuyo :)

ertai: Es que ya sabes, depende del día me pongo + ó - filósofa ;) y sí, ya estoy casi vacacioneando ;)