jueves, 19 de febrero de 2009

¡¡¡PRISA!!!


No hay nada peor que la prisa...

Porque dicen que el que mucho corre, pronto para... porque el tiempo no cunde más porque nosotros intentemos aumentar su velocidad... porque si se te escapa el metro, se te va a escapar igual aunque arrolles a todos los que tienes delante...

Para ir a trabajar viajo con una maleta. Una pequeña bolsa de viaje con ruedas, de color rojo cantoso, que se ve a kilómetros de distancia... sin embargo, no sé cuál es el extraño mecanismo que dota tan "vistoso" equipaje con el don de la invisibilidad cuando viajamos juntas en metro...

Mi pequeña maleta y yo salimos de casa a diferentes horas, todas igual de concurridas, según el día de la semana que sea. Entrar en el tren no resulta complicado: al fin y al cabo, quedan huequecillos para medio-colocarse más o menos "cómodamente"...

El problema llega a la hora de salir. La gente se pone muy nerviosa cuando tiene que bajar del metro en una estación en la que hacer el transbordo supone una odisea de dimensiones épicas...

Empezando por la masa compacta de personas que, al otro lado de la puerta, tapan todas las vías de escape... sí, comprendo que es claustrofóbico intentar abrirse paso sin ver luz al otro lado, pero vamos, está claro que si no nos dejan salir, no van a caber, con lo cual, podemos intentar salir mas-o-menos-ordenadamente... pero la gente opta por la estrategia "estampida", sálvese-quien -pueda o gilipollas-el-último... y claro, nadie quiere ser el último...

Ayer, intentando salir del metro con la mayor tranquilidad posible en medio de toda esa avalancha, un ser humano con más prisa de la habitual, se tragó mi maleta y me pegó un cabezazo tremendo... extrañado ante el obstáculo que le impedía avanzar, finalmente decidió bajar la vista y descubrió para su sorpresa, que, aparte de todas esas cabezas hiperactivas que pugnaban por salir primero del vagón, mi maleta también reclamaba su derecho a existir...

Si en lugar de eso, el ser humano en cuestión hubiera salido con tranquilidad, se habría ahorrado (y me habría ahorrado, de paso) un coscorrón estúpido y sin ningún sentido... al fin y al cabo no ganó ni un solo segundo y a mí me puso de bastante mala leche.

... Y lo peor es que no es la primera vez que me pasa...

7 comentarios:

Amparo dijo...

aaayyy qué identificada me siento!!

juan rafael dijo...

Tienes razón: la impaciencia se paga.

Anónimo dijo...

Prisas????
Si vieras el ritmo que llevamos todos los días en nuestro despacho.... fliparías...
Es exagerado!!!!!!

De todos modos, yo soy nervio puro, para todo .... o casi todo...
:D

El que nace así....

potsis dijo...

Usa protección. Cada vez que montes en el metro deberíais ser tres, tu maleta roja, tú, y un maravilloso casco anticoscorrones.

Yo, a veces, añoro ir con prisa.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Yo tb voy siempre con prisas y es un auténtico stress, envejece y, lo que tú dices, generalmente no se gana nada...

Cora dijo...

como tu dices...que malas son las prisas, yo casi siempre voy con el tiempo contado, cuando voy por la calle parece que voy corriendo en lugar de andando... de hecho ayer me encontre con lisa, y me dice, joer maja, que me haces correr pa pillarte, jejej
hay que tomarse todo con mas calma.
bss

Ana la Rana dijo...

Amparito: :D ¿Identificada conmigo o con el que me pegó el coscorrón? XD

Juan Rafael: El problema es que también la pagamos los demás :D

Neus: Supongo que sí, que también tiene que ver con el carácter :D Yo siempre he sido muy nerviosa, pero parece que los años me van templando los nervios...

Potsis: Gran consejo, lo tendré en cuenta ;)

Sub: Pues pásate al lado tranquilo de la vida!! :D

Cora: Si es que... hay que tener más calma! :D