Según vamos creciendo, vamos poco a poco encerrándonos en un redil, seguimos el camino pautado y perdemos parte de nuestra originalidad. Pensé que solo me pasaba a mí, pues de un tiempo a esta parte me siento como muy convencional, pero observando la sociedad en la que vivimos, da la impresión de que es un hecho universal...
La primera vez que tienes conciencia de estar en la playa, la vivencias como algo muy especial. Cada vez que vas, mientras eres pequeño, se convierte en una aventura en la que hacer un castillo es toda una obra de ingeniería y sentir el agua y la arena en los pies una sensación especial que te sugiere mil historias... luego te haces mayor y, tanto si quieres como si no, vas estableciendo rutinas, haciendo siempre las mismas cosas y, aunque te lo pases bien, nunca vuelves a tener las sensaciones tan fuertes que tuviste cuando eras un niño...
El pensamiento creativo es más propio de la infancia, y en los tiempos que vivimos, cada vez se reduce más la infancia... cada vez más nos hacemos más pronto fotocopias a escala de nuestros mayores, copiamos sus hábitos sus costumbres desde que somos aún muy pequeños y perdemos ese sello de originalidad que solía caracterizar a los niños... ahora solo se percibe algo de frescura en los enanos menores de 10 u 11 años (o incluso antes), pues muchos peques a esas edades, están tan abducidos por la tele, la publicidad, el ordenador y los videojuegos que no tienen la chispa y la creatividad que deberían tener... luego, según van siendo un poco mayores empiezan con los móviles, los ligoteos precoces y otras historias... y cuando quieren darse cuenta ya son "adultitos a escala"... con lo a gusto que viví yo mi infancia...
La primera vez que tienes conciencia de estar en la playa, la vivencias como algo muy especial. Cada vez que vas, mientras eres pequeño, se convierte en una aventura en la que hacer un castillo es toda una obra de ingeniería y sentir el agua y la arena en los pies una sensación especial que te sugiere mil historias... luego te haces mayor y, tanto si quieres como si no, vas estableciendo rutinas, haciendo siempre las mismas cosas y, aunque te lo pases bien, nunca vuelves a tener las sensaciones tan fuertes que tuviste cuando eras un niño...
El pensamiento creativo es más propio de la infancia, y en los tiempos que vivimos, cada vez se reduce más la infancia... cada vez más nos hacemos más pronto fotocopias a escala de nuestros mayores, copiamos sus hábitos sus costumbres desde que somos aún muy pequeños y perdemos ese sello de originalidad que solía caracterizar a los niños... ahora solo se percibe algo de frescura en los enanos menores de 10 u 11 años (o incluso antes), pues muchos peques a esas edades, están tan abducidos por la tele, la publicidad, el ordenador y los videojuegos que no tienen la chispa y la creatividad que deberían tener... luego, según van siendo un poco mayores empiezan con los móviles, los ligoteos precoces y otras historias... y cuando quieren darse cuenta ya son "adultitos a escala"... con lo a gusto que viví yo mi infancia...
Mirar el mundo a través de los ojos de un niño pequeño nos devuelve un poco de lo que fuimos en nuestra infancia... lástima que la infancia dure cada vez menos...
1 comentario:
Qué razón tienes Ana!! Además, todo este proceso ocurre sin apenas darte cuenta y, conforme cumples años, te sorprendes a ti misma diciendo eso de "cada día me parezco más a mi madre" xD
Por cierto, millones de gracias por incluirme en tu lista de blogs interesantes!!
Besukys mil!!
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